Anoche estuve en el cierre de la gira Dos pájaros de un tiro en la bombonera. Lloré como hacía mucho que no lloraba de emoción.
No tenía muchas expectativas. Con sólo ver en el escenario a Serrat y a Sabina me conformaba. Tal vez por eso cada canción me sorprendió y me emocionó. No me privé de cantar a los gritos todas las canciones y bailar lo más que pude.
Y como sólo me ocurre con unas pocas canciones, lloré litros de lágrimas al escuchar (y cantar yo también lo más fuerte posible) Con la frente marchita:
“Iba cada domingo a tu puesto del rastro a comprarte
carricoches de miga de pan, soldaditos de plata.
Con aguita de un mar andaluz quise yo enamorarte
pero tú no tenías más amor que el de río de la plata.”
Y cómo no llorar con estos dos, si una se pasó toda la vida dibujando dieguitos y mafaldas y viajando y soñando con los amigos que se fueron como Juan y José; esperando que vuelva el joven galán que conocimos como Penélope o recibiendo duras frases de los hijos como Rocío… lástima que terminaron las utopías y ahora debemos vivir soñando 19 días y 500 noches con que volveremos a verlos juntos en un escenario…
Iris, que envidia yo me lo perdí, pero me alegro que lo hayas pasado tan bien. Serrat me acompañó toda mi adolescencia y es una de las personas que más admiro, por su compromiso con el mundo y por su coherencia a lo largo de tantos años en el mundo del espectáculo. Sabina también me despierta buenos sentimientos, pero mi corazoncito esta más con el Nano. Felices Fiestas para vos y tu Flia. Cariños Marisa