Mamá, imprimime otro vaso y otro plato que traje a comer a mi novio

La mesa está lista para recibir a todos los invitados. Pero resulta que hay cosas que no se contemplaron. Viene la sobrina de dos años. ¿Dónde se sienta? Qué engorroso, hay que imprimir una sillita alta para la nena. Como si no tuviera nada que hacer, dice la madre.  

Mientras se imprime la silla aparece la hija adolescente: “Mamá, imprimíte otro vaso y otro plato que traje a mi novio“. Pero, qué cosa, con todo lo que tengo que hacer, protesta la madre nuevamente, pegándole de costadito a la impresora 3D porque no arranca.

La cena familiar transcurre con conversaciones iguales a las de siempre, porque los seres humanos somos escencialmente los mismos independientemente de la tecnología. Conversaciones sobre peleas, envidias, luchas por el poder en los ámbitos laborales, se mezclan con gestos de cariño y celos de los padres hacia la hija. Salen hamburguesas de la impresora porque a los sobrinos no les gustó el pollo a la crema. Cuando yo era chica comíamos lo que había, no te podías quejar porque lo que había, había, protesta la abuela.

Termina la cena y se van las visitas. Hija, ayudame con todo esto. La hija adolescente, lava y seca vasos, platos, sillita alta y otros elementos, y los destruye en una máquina que vuelve a obtener el plástico para realizar nuevos objetos. Y ya que está se imprime otra funda para el celular así tiene olorcito a nuevo, y el nombre de su novio y de su banda de rock favorita de la semana.

 

Impresoras en 3D.

Increíble. Revolucionario. Mucho más de lo que puede ocurrírsenos ahora. Podemos leer artículos como este:

De la imaginación a la computadora y de ahí a la realidad. Se espera el boom de las impresoras 3D, tecnología rodeada de polémica. Por un lado, estos dispositivos representan un importante avance en materia de diseño industrial, arquitectura y medicina. El potencial comercial de estas máquinas es abismal, se pueden materializar desde juguetes hasta prótesis para el organismo humano. Sin embargo, la expansión de estos artículos es tan grande que incluso ya se empiezan a utilizar con fines bélicos. La CIA ha alertado que esta tecnología facilitaría la producción de armas caseras, y es que una corporación sin fines de lucro en Texas llamada Defense Distributed logró desarrollar el primer prototipo de plástico.

 (Tendencias tecnológicas, Azteca noticias)

Y lo increíble es que esté tan cerquita, tanto, que alguien que muchos conocemos del ámbito del software libre está detrás de todo esto por estos pagos del sur:

Un cordobés está detrás de la primera impresora 3D nacional. Federico Heinz desarrolló un ejemplar que imprime cualquier objeto en plástico. En el mundo ya hay modelos que usan metal o células humanas como tinta. Cuestan 7.500 pesos más IVA.

http://www.lavoz.com.ar/argentina/cordobes-esta-detras-primera-impresora-3d-nacional

Y en el mismo artículo:

“El próximo campo de batalla de la lucha contra el crimen organizado y el terrorismo será la impresora 3D”, pronostica Marc Goodman, director de Future Crimes Institute, al diario El País , de España.

“Habrá que esperar por lo menos 10 años para imprimir órganos humanos funcionales”, agrega Shaochen Chen, profesor de nanoingeniería en San Diego (EE.UU.). La empresa Organovo es la primera en comercializar una bioimpresora 3D. Usan tinta biológica formada por células vivas para crear tejidos.

Modern Meadow directamente apunta a hacer carne para consumo humano. Imprimir hamburguesas, como una forma más eficiente de producir alimentos. Por el momento sólo logró crear cueros.

Da miedo.

Demasiado poder para el ser humano. Demasiado para acaparar y vender caro. O por el contrario, la salvación de mucha gente que no tiene acceso a ciertos objetos.  El tiempo dirá.

Para los que entienden inglés: http://video.ft.com/v/1700835179001/3D-printing-bigger-than-internet-

Gracias @l3stat

11 opiniones en “Mamá, imprimime otro vaso y otro plato que traje a comer a mi novio”

  1. Para algunas cuestiones, tiene más lógica. Imaginate para reemplazar un órgano sin tener qu esperara que aparezca el donante compatible, o -como dice Santiago Bilinkis- si yo quiero comer solamente el lomo ¿por qué tengo que matar una vaca?… pero igual asusta… porque la tecnología no borra aquella terrible afirmación de Hobbes: El hombre es lobo del hombre…
    Cambiar paradigmas, querida sister. De eso se trata, hace ya algún tiempo.

  2. “Abuela, quedate quieta que tenés un zombie en la frente”, dicen los chicos jugando con su plataforma nueva que proyecta sobre el entorno. La abuela, resignada, se queda quieta y observa cómo sus nietos le disparan sin piedad, directo a la cabeza.

  3. Y bueno Daniel, en eso estamos. No compremos paradigmas que ya están establecidos. Sigamos siempre en la frontera entre lo que nos da de comer y lo que crea un mundo mejor 😉

  4. Daniel, lo que me asusta no es que se pueda imprimir un órgano que no se consigue donado, sino que se ponga de moda tener tres brazos y todos estén imprimiéndose brazos nuevos e implantándoselos.

  5. Me hace gracia, porque me recuerda a la serie “Viaje a las Estrellas” Next Generation, con sintetizadores de absolutamente todo… “Replicadores” traducían acá. jijiji

  6. Lo primero que voy a hacer cuando me tope con una de las 3D es imprimirme una cabeza más moderna que la que tengo, a la que no le asusten estas cosah ´e Mandinga!!

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