Recuerdo haber escuchado alguna vez algo así como que “linux no se cuelga”.
En realidad, cada tanto alguna cosa se cuelga… Sobre todo cuando alguien como yo abre muchas pestañas en el navegador, muchísimas pestañas, y también un par de cosas más. De pronto todo se vuelve tan lento que es imposible de usar.
La primera forma, sobre todo para quienes vienen de usar Windows y están acostumbrados/as al CTRL+ALT+DEL y ver el “Administrador de tareas”, sería abrir el “Monitor del sistema” (o “Gestor de tareas”), y allí con el botón derecho del mouse detener una tarea:
Desde la terminal, que se puede abrir con CTRL+ALT+T:
si todavía podés mover el mouse, pero hay una aplicación que se colgó y necesitás cerrarla, podés usar este comando:
xkill
Al pulsar enter, el mouse se convierte en una cruz. Haciendo clic en la ventana que se desea cerrar, se “mata” la aplicación.
Si lo anterior se torna imposible por algún motivo, necesitamos “matar” una aplicación usando el nombre o número de su tarea. Para saber este dato, el primer paso será listar las tareas:
ps -ef
Allí habrá que identificar la tarea que se necesita cerrar, por ejemplo:
En este caso quiero detener el Gimp. Pero en la lista no figura como Gimp sino como “gimp-2.10”. Entonces, para cerrarlo, escribo:
pkill gimp-2.10
O simplemente escribo “pkill gimp” y pulso la tecla TAB para que se complete el nombre de la tarea.
Y si nada de esto funciona, y necesitamos reiniciar el equipo, debemos mantener presionado ALT + IMPR PANT (imprimir pantalla) y pulsar, una a una, esta secuencia de teclas: R E I S U B
Como saben los que me conocen, yo soy Licenciada en Educación, pero adoro las computadoras. Con lo cual, me animo a hacer muchísimas cosas para las cuales no estudié, por ejemplo, instalar un Moodle o actualizarlo.
Eso implica que fui desarrollando alguna habilidad en la búsqueda de soluciones, y una cierta intuición cuando la solución no se encuentra en ningún lado.
Así que acá voy a contar los problemas que fui teniendo, por si le sirve a alguien.
Paso cero – descargar versión nueva de Moodle
La descargué cuando me avisó Moodle (entrando como admin, en Notificaciones) que había una versión nueva para actualizar. No cambié a 3.9.10 sino a 3.9.3 (quiero decir que era un cambio menor, por lo cual no revisé requisitos y esas cosas)
Paso muy importante aquí: mirar el archivo config.php (en la raíz del sitio) y ver cuál es la carpeta de datos (la vieja Moodle Data, ahora no se llama más así). Está como “dataroot”. Esa carpeta vale oro, hay que cuidarla y hacer más de una copia (digo yo, por si uno mete la pata con algún cambio, tener otra copia más). Una forma, además de descargarla, es comprimirla dentro del mismo sitio.
Primer paso – descargar copia de seguridad de los datos (archivos + base de datos)
Tardé muchísimo porque por cada carpeta el Filezilla me daba un error en el certificado. Después entendí que debería haberlo hecho desde el cpanel (sé que no es necesario bajar el código completo, pero en algún lugar decían que por las dudas no está de más, por modificaciones que uno pudiese haber hecho… desde ya, tener una copia del Theme si se modificó, es fundamental)
La base de datos la exporto y guardo copia con regularidad, desde el PHP MyAdmin.
Segundo paso – mover todos los archivos de la instalación anterior a una carpeta “MoodleViejo” o algo así
Esto se hace muchísimo más rápido desde el cpanel que desde un software para ftp
Tanto la carpeta de datos (viejo moodledata) que mencioné más arriba como el archivo config.php se van a utilizar en el mismo lugar donde están ahora, para que el sitio tenga el contenido del anterior.
Tercer paso – subir los archivos de la nueva versión
Acá es donde tuve el mayor inconveniente: el archivo comprimido que descargué, me daba error. Pero era por el tamaño.
Así que subí los archivos descomprimidos, y tardé un día entero, porque cada tanto se detenía por un tema con el certificado y yo tenía que pulsar “aceptar”.
Al terminar de subir todo e intentar continuar, no seguía. Así que volví a empezar, pero comprimiendo por partes, en cinco archivos. Ahí pude subir todo usando el administrador de archivos del cpanel, y descomprimir todo sin problemas. Acá lo importante es que los nuevos archivos tienen que estar en la misma carpeta donde estaban los anteriores (generalmente, en la raíz del sitio).
Cuarto paso – copiar el archivo config.php de la instalación anterior
Si no se hizo antes, copiar el config.php a la raíz del sitio. Esta es la clave para que aparezca de nuevo el viejo contenido, ya que en este archivo están los datos de la base de datos y la carpeta de datos (viejo Moodledata).
Quinto paso – acceder al sitio para disparar el instalador
Aquí tuve un problema: un mensaje de error “Excepción – Class ‘core_media_manager’ not found ” no permitía continuar el proceso. Lo busqué en los foros, y alguien mencionaba que había que eliminar dos archivos dentro de “Moodledata”: cache y localcache.
Los renombré (nada de andar borrando), y efectivamente la instalación continuó normalmente.
Sexto paso – resolver advertencias del instalador
El instalador me dio dos advertencias. Una sobre el certificado de seguridad.
Decidí dejar para después la solución de estos dos temas. Sin embargo, una vez finalizado el proceso no me permitía acceder con mi usuario y contraseña. Tampoco funcionaba el formulario de recuperación de contraseña.
Así que luego de estar desesperada un buen rato navegando por diferentes foros, decidí escuchar la voz de mi conciencia y volver sobre las advertencias.
Efectivamente, tuve que desactivar y volver a activar el certificado de seguridad para que lo tome, y también configurar en el config.php que el acceso se haga siempre por https:
Terminás de instalar Debian y cuando querés empezar a usar la terminal, te dice que tu usuario no está en la lista de sudoers. No podés hacer nada que necesite comenzar con “sudo”.
“Username Is Not In The Sudoers File. This Incident Will Be Reported”
La solución es muy simple y rápida. Comenzando por entrar al modo root con su – hay que utilizar usermod para agregar tu usuario a esa lista:
Con todos estos años de pasar de un hosting a otro, de un nic a otro, yo sigo y sigo necesitando este espacio para dejar registro de cosas a las que yo misma vuelvo una y otra vez.
“¿Cuándo fue la presentación de tal cosa?”… Me fijo en mi blog.
“¿Cómo era el código para mover varios motores con arduino?”… Me fijo en mi blog.
El Blog como diario, diario público -lo contrario quizás de un diario íntimo- sigue siendo para mí algo necesario, que continúo alimentando y utilizando como referencia.
Escuché por ahí varias veces la frase “los blogs pasaron de moda”. Y yo creo lo contrario. Cuando surgieron los blogs, su gran innovación tenía que ver con ser una publicación periódica, a la que había que mantener permanentemente con nuevos posteos que se iban “almacenando” en un historial. El resto de los sitios web tenían contenido estático.
Yo creo que hoy todo se volvió blog. No existe un sitio web que no tenga noticias, cartelera, algo que se va renovando permanentemente.
Así que pienso seguir blogueando, mientras lo siga necesitando, por muchos años más.
En este post quiero compartir este sitio que elaboré para un proyecto grupal. El grupo buscó los recursos y yo armé el sitio.
Por supuesto, también elaboramos una propuesta, en la cual diferentes grupos de estudiantes elegirían distintos recorridos transmedia para luego elaborar una serie de posteos informativos sobre el COVID-19.
Enlace al recurso: http://propuestatransmedia.net.ar/ Profesora responsable: Dra. Silvia Coicaud. Tutora: Mgtr. Miriam Dottori Miembros del grupo: María Cecilia Carrizo Ruarte, Claudia Carina Cruz Orquera, Gustavo Delupí, Iris Amalia Fernández
Durante la charla vimos una breve introducción a los distintos modelos de discapacidad que aún reinan en la sociedad, a quiénes beneficia la accesibilidad web, cómo utilizan la web las personas con discapacidad, y algunas de las pautas que debemos seguir para hacer un sitio web accesible.
Para este evento decidí hacer unas diapositivas en HTML, que modificaré cada vez que vuelva a necesitarlas. El objetivo es presentar un material que habla sobre sí mismo, es decir que estas diapositivas cumplen con los estándares que explican.
Hace unos cuantos meses me compré la impresora 3D, y venía haciendo diseños muy fácilmente con Tinkercad. Realmente lo recomiendo para empezar. Pero pronto sentí la necesidad de utilizar una herramienta libre. Consultando con algunas personas, me recomendaron FreeCAD.
Lo primero que hacemos es crear un nuevo archivo, y luego elegir en el menú de “Escenarios“, la opción “Part“.
Luego creamos un objeto, por ejemplo, un cubo.
Una vez creado el cubo, podemos hacer clic derecho en una zona donde no haya nada, y elegir en “Estilos de navegación“, la opción “Blender“.
A partir de ahora con el botón del medio / ruedita del mouse, se gira el objeto.
Y con Mayúscula + botón del medio del mouse, se mueve el objeto.
La ruedita del mouse sirve para acercar o alejar la visualización.
Con el primer icono se puede ajustar la vista al contenido, por si nos perdemos o nos quedan muy lejos los objetos.
En el desplegable podemos elegir ver de diferentes maneras nuestros objetos.
Utilizando el menú “Edición“, opción “Preferencias“, podemos elegir “activar animación“, para cambiar de visualización viendo el movimiento que realiza la pieza, y no de forma abrupta.
Ahora podemos guardar el cubo, que según el videotutorial que yo seguí, es el “Hola mundo” del cad. Una vez guardado, haciendo clic en el nombre del objeto podemos editar sus propiedades, en el panel inferior izquierdo:
Si agregamos más objetos aparecerán en el listado, y en cada uno podremos modificar sus propiedades, al hacer clic:
El día 5 de julio le escribí a algunas personas (empezando por Euge Núñez y José González), comentándoles que hacía rato que sentía la necesidad de volver a tener un espacio que vincule la educación y el Software Libre, como lo fue el viejo Gleducar.
Mi idea era empezar con un grupito de Telegram, por ser una herramienta libre (o cerca) que está muy difundida, y luego ver qué pasaba.
Y bueno… ¡Crecimos muy rápidamente! En una semana el grupo ya tenía casi 100 personas. Creamos un grupo de coordinación, debatimos sobre el nombre del grupo, qué tipo de espacio tener… Se unieron participantes muy activos/as que a la vez trajeron muchísimas personas al grupo.
Esta semana pudimos anunciar la existencia de nuestra plataforma Moodle: clementina.org.ar
Y el grupo de telegram superó las 300 personas.
Ya tenemos foros, grupos de co-formación, y muchísimas ideas.
Por supuesto, dejó de ser mi grupo, ya es de la comunidad. Estoy muy feliz. Ojalá siga creciendo.
Cuando empecé a imaginarme que podría comprarme una impresora 3D no sabía más que por intuición para qué me iba a servir.
“Para enseñar”, digo siempre. Aprender, para enseñar.
Sin embargo, en estos días, que pude dedicarle unas horas, empecé a darme cuenta de una de las cosas que está ocurriendo en mi casa: la impresora 3D resuelve pequeños problemitas cotidianos a través del diseño de objetos a medida.
Voy a mostrar algunos ejemplos:
En casa se iban juntando frascos de mermelada vacíos, hasta que los tirábamos… entonces se me ocurrió diseñar unos aros con nombres de especias y tener un “especiero configurable”:
Especiero
Otro ejemplo, con la cuarentena y las tantísimas reuniones por videoconferencia, llega un momento en que se necesita usar el celular mientras se carga, o mientras tiene conectados auriculares. Entonces diseñé un soporte para celular:
Soportes para celular
Hoy me di cuenta de las horas que llevo desenredando cables de auriculares. Busqué en internet un porta auriculares, encontré este modelo para descargar gratis, y en una hora y media ya lo tenía listo:
Porta auriculares
Y por supuesto, sigo imprimiendo souvenires y regalitos varios:
Carpinchos, Pañuelo verde, Dedos en V
Creo que me falta muchísimo por aprender pero de a poco le voy viendo el sentido, y cada vez me gusta más. Ya quisiera saber diseñar cosas más complejas, y tener una impresora que utilice otros materiales. Quizás con el tiempo, llegue.
Para hablar de Software libre primero es importante pensar en qué es el software. Se llama software a la parte intangible de un sistema informático, es decir, a los programas.
El concepto que agrupa al equipamiento se llama Hardware (“ferretería”)
Hardware: teclado, monitor, mouse, impresora, etc.
Software: sistema operativo, procesador de textos, programas para dibujar, para escuchar música, etc.
Insumos: papel, tinta (lo que se gasta)
¿Quién crea el software?
Los programas son creados generalmente por grupos de programadoras y programadores, además de gente que se ocupa del diseño gráfico, del diseño de interacción, arquitectura de la información y muchos etcéteras.
Digamos que para crear un pequeño programa sólo hace falta una programadora o programador, pero para generar un proyecto grande, hay varias disciplinas que se ven involucradas, y especialistas de cada una de ellas.
Cuando se decide comenzar con un proyecto de este tipo, lo primero será pensar en cómo se va a distribuir ese proyecto: ¿se venderá cada programa por unidad? ¿se permitirá una descarga de la red para que los/las usuarios/as lo prueben por un tiempo y después paguen? ¿O se permitirá la descarga libre y gratuita?
Licencias de software
Es aquí donde entran en juego las licencias. Si el equipo de trabajo decide que cobrará el programa por unidad, como si se tratara de una fábrica de muebles, elegirán protegerse legalmente para no permitir la copia (y que ésta sea castigada como delito). Decimos que se trata de software privativo.
Si se decide, en cambio permitir que se descargue gratuitamente como “muestra gratis” se habla de freeware.
La tercer opción es la que más nos interesa. En muchísimas ocasiones, los equipos deciden que su software tendrá una licencia de software libre.
Esto significa que le brindan al usuario y usuaria, cuatro libertades:
La libertad de utilizar el programa para cualquier fin
La libertad de ver cómo está hecho
La libertad de modificar el programa
La libertad de compartir las modificaciones
Acá es donde la gente dice: “¡Qué buena onda! ¿Pero cómo ganan dinero?”
Existen muchas formas de ganar dinero en la creación y modificación de software libre. Se cobra por el servicio de instalación, de personalización, de adaptación. Se cobra por dictar cursos, se cobra por tomar un examen y dar un certificado. Pero no se cobra por unidad, porque no se están fabricando objetos tangibles sino software. Cuando te vendo un escritorio y vos te lo llevás, yo tengo que fabricar otro para poder venderlo. Cuando te descargás software que yo desarrollé, y después se lo copiás a un grupo de estudiantes, yo no tengo que hacer otro programa.
Ejemplos de software libre que seguramente utilizás
Es probable que sin darte cuenta hayas usado alguna vez software libre.
Muchos bancos, por ejemplo, utilizan el sistema operativo Linux en todos sus sistemas, y eso incluye los cajeros automáticos.
Muchos programas creados para educación, como Scratch, o TuxPaint, son libres.
Existen muchísimos más, como por ejemplo:
LibreOffice que tiene un procesador de textos, una hoja de cálculo, generador de presentaciones, etc. (paquete de oficina).
Y muchos otros sistemas y programas que circulan tienen licencia libre.
¿Alguna vez compraste un programa?
Si todo esto te suena raro, te hago esta pregunta: ¿Compraste alguna vez un programa? ¿Alguna vez usaste un programa trucho?
Quienes trabajan en proyectos de software libre te autorizan a que copies, veas cómo esta hecho, modifiques y hagas circular sus programas. ¿Por qué no elegirlos, cada vez que tenemos que buscar un nuevo programa?
Y si dice “Licencia GPL”, o algunas de las que están en esta lista de licencias libres, podés utilizarlo sin pedirle permiso a nadie. Por ejemplo, en el sitio de Gimp, dice: “The terms of usage and rules about copying are clearly listed in the GNU General Public License.” (GPL)