No dejo de interesarme y sorprenderme con algunos avances desparejos de nuestro país.
Gracias a Gabriela Calviño leo que en Guaymallén, Mendoza, hay una escuela donde todos los chicos asisten con sus computadoras portátiles. Creo que trabajar con este nivel de tecnología es el sueño de más de un educador, incluyéndome.
No es una escuela cara, afirma la dueña, con una cuota de “165 pesos promedio, y además tenemos un perfil social, porque en cada curso hay niños especiales”.
Sin embargo, esta nota del diario Los Andes nos cuenta algunos otros detalles interesantes: no fue el Estado quien puso allí las computadoras portátiles sino que algunos argumentos sólidos “convencieron a los padres de que tenían que juntar 500 dólares para comprar cada computadora.”
Qué pena me dio el último párrafo de la nota, donde cuenta que la dueña del colegio “ya apunta a su próxima meta: un acuerdo con la Fundación de Bill Gates (dueño de Microsoft) que le garantice el acceso a financiamiento para nueva tecnología.” Si llegan a algún acuerdo… ¡Por favor, lean bien la letra chica!