Hoy es el Día Internacional contra la Violencia de Género.
Chicas, defendamos nuestros derechos. No permitamos que nos maltraten. No nos maltratemos nosotras mismas. No dejemos en manos de los hombres la economía, el dominio de la tecnología y tantas otras sutiles cosas que brindan una sensación de poder al hombre, y una dependencia a largo plazo a las mujeres.
Refloto una carta a las mujeres que escribí en mayo de este año, acerca del lugar de la mujer con respecto a la tecnología:
- La capacidad para aprender acerca de la tecnología no es genética, no depende del hecho de haber nacido mujer o varón que puedas aprender mucho sobre tecnología.
- Tener en tus manos el manejo de la información (aprender a usar una computadora, dominar su configuración y poder decidir para qué querés usar esa herramienta) es, al igual que la administración del dinero, un elemento de poder que no debemos dejar en manos de terceros. Para apropiarnos de ese poder basta con involucrarnos. Pedir ayuda para aprender es bueno, pero no pedir que los demás solucionen nuestros problemas. No dejes que los hombres que te rodean sean los únicos que sepan las claves de la red, la manera de configurarla, los usuarios y las claves de la computadora, y todos los datos necesarios para que te manejes con independencia total, incluso la independencia de poder llamar a un técnico y brindarle la información que él te pida sin tener que preguntarle a nadie.
- Usá herramientas que permitan que vos domines todo el contenido de tu computadora; no dejes que otras personas decidan por vos qué programas usar. Preguntá, visitá los foros de ayuda, consultá con la comunidad y decidí por tus propios medios. En la red hay mucha gente dispuesta a ayudarte.
Esto es lo que estuve leyendo y recomiendo:
- ¡Te voy a quemar viva! Por Eva Giberti
- Sí, podemos acabar con la violencia de género
- Maltrato = Mal trato
Chicas, somos nosotras las que tenemos que terminar con esta situación. No esperemos que sean los hombres quienes resuelvan este problema que es de todos, pero del que nosotras somos las víctimas.