Lila Magrotti es estudiante de Comunicacion Social en la UBA. Ella me formuló las siguientes preguntas:
-¿Crees que afecta el hecho de trabajar y estudiar en el desempeño académico? ¿Cómo?
Creo que en la vida de un estudiante es conveniente que exista una curva de nivel de empleo suficiente como para tener ciertas experiencias antes de ser un profesional.
Tener un jefe malhumorado, otro inclumplidor, experimentar los diferentes estilos de autoridad (democrática, autoritaria, etc.) antes de ser un profesional, aporta positivamente al desempeño de quien recién se recibe.
Por otra parte, trabajar demasiadas horas redunda en cansancio mental y estrés, obviamente, en detrimento del rendimiento académico.
-¿Qué ocurre cuando el área laboral a la que se puede acceder está muy alejada de la rama académica que se sigue? Es decir, cuando se trabaja de algo muy diferente a lo que se estudia, afectando la posibilidad de adquirir experiencia en relación a la formación universitaria.
Todo depende de la cantidad de horas. Hay un conjunto de saberes no explicitados que se necesitan, como vivenciar los estilos de autoridad de un jefe, el trabajo en equipo, el hecho de comenzar a trabajar en un puesto no calificado, etc.
Todos estos conocimientos los brinda la escuela en cierta medida (el “curriculum oculto”, aquellos saberes que no se mencionan pero que se refieren a la convivencia en el seno de un grupo de pares, la gestión de turnos para hablar, compartir recursos, etc.), pero de todas formas creo que es útil y necesario vivenciarlas a nivel laboral antes de desempeñarse profesionalmente.
¿Desde la arista educacional como se concibe la problemática de estudiar y trabajar al mismo tiempo?
El sociólogo francés Bourdieu describe nuestra sociedad como una falsa meritocracia. Se supone que gobiernan los mejores, pero la realidad no es así. Gobiernan quienes han obtenido los más altos méritos académicos, pero para obtener estos méritos es necesario tener tres tipos de capital: económico, cultural y de relaciones, es decir, tener dinero para pagar los mejores estudios y para no tener que trabajar durante la carrera, cultura para brindarles a los hijos una base (“habitus primario”) que le asegure el éxito escolar, y amigos que recomienden exactamente en qué credenciales invertir ese tiempo y dinero. De esta forma, los que tienen la mejor conjunción de esos tres tipos de capitales, tienen las mejores credenciales y las mejores relaciones personales que les permitirán acceder a cargos y posiciones importantes desde muy temprano.
Para decirlo de otra manera: al hijo del sodero se le promete universidad pública, pero como es el hijo del sodero, no sabe qué carrera le conviene seguir, no tiene dinero como para estudiar sin trabajar, y no conoce nadie que lo haga entrar -aunque sea como cadete- en una empresa donde después pueda ascender.
La educación pública, gratuita y obligatoria es un engranaje más para que las desigualdades continúen existiendo, pero con una falsa promesa de igualdad de oportunidades.
– ¿Se te ocurre alguna política institucional que pueda permitir a los estudiantes dedicarse solo a estudiar, sin caer en las pasantías como abaratamiento de costos, o en todo caso, darles la vuelta como posibles espacios con carácter formador?
El peronismo creó las escuelas industriales y la universidad de los trabajadores, la universidad técnica (posteriormente UTN), esa fue una excelente manera de resolver el dilema: todos pueden estudiar un bachillerato pero como el bachillerato no sirve para nada, los que no pueden ir a la universidad perdieron cinco años de su vida en estudiar “nada”. Con las escuelas industriales se enseñó a trabajar, se formó trabajadores. La crítica de los socialdemócratas fue que ese secundario no permitía acceder a la universidad, los “condenaba” a la clase baja. ¿Acaso sin escuelas técnicas todos terminan recibiendo un título universitario? No. Y los “fracasados” sienten que son responsables por no haberse esforzado. Falso. La escuela funciona como tamiz, y ellos siempre iban a quedar donde estaban, el sistema no está pensado para el ascenso social.
– ¿Estudiaste y trabajaste en tu recorrido académico? ¿Cómo fue tu experiencia?
Sí, estudié y trabajé, ya que provengo de una clase media de padres no universitarios. Abandoné varias carreras, hasta que logré recibirme ya habiendo tenido hijos, gracias a la universidad virtual.
Hoy en día me dedico a la educación a distancia que considero una solución enorme para esta problemática, ya que permite que la gente pueda estudiar sin desplazarse, lo cual facilita la inclusión de chicos que trabajan, madres jóvenes, discapacitados, etc.
Creo que la educación a distancia es una gran solución para muchas cosas.
Por otra parte, aunque muestro pesimismo cuando reflexiono sobre estos temas, creo en la educación. A nivel individual, la educación siempre hará una diferencia. Quien pueda estudiar, se sentirá realizado, obtendrá mejores resultados en todos los aspectos de su vida. A nivel sociológico, la sociedad sigue manteniendo las desigualdades sociales, siguen gobernando los nietos de los reyes (por ello Bourdieu llama a la sociedad francesa “la monarquía de toga”).