Trece años de teletrabajadora

Estuve pensando cuánto hace que empecé a hacer los primeros trabajos en mi casa, y recordé que fue… ¡cuando estaba por nacer mi primer hijo! (sin contar que cuando era chica trabajaba en mi casa como ceramista y llevaba las cosas ya armadas donde me pagaban y recibía más material).

Al principio trabajaba para una empresa que vendía bases de datos de no sé qué, yo tenía que clasificar los rubros tipo páginas amarillas en inglés.

Después hice páginas web para un amigo que se había ido a vivir a Italia (sepan disculpar… las hacía en Flash!!)

Por último, mis trabajos para España, y algún otro para Argentina pero chiquitos.

Trabajar en mi casa es maravilloso. A mí, me encanta. Lo transformé en un estilo de vida:

  • no pierdo tiempo ni dinero en viajes,
  • no gasto dinero en ropa (tampoco llegué nunca a comprarme un mediotraje aunque la idea es tentadora),
  • no tengo horarios fijos (voy a reuniones, médicos, supermercados y cualquier cosa justo cuando no va nadie, no espero!!)

¿Y qué tiene de malo?

  • no tengo compañeros de trabajo con los que interactuar (por eso uso redes sociales…)
  • cuando voy a reuniones, médicos o cualquier otra cosa en horarios en que no va nadie… recupero las horas, así que termino trabajando hasta tarde, o sea, parece que uno lo único que hace es trabajar…
  • mucha gente no entiende que uno está trabajando y escribe en el chat, llama por teléfono o simplemente viene de visita a casa. Ese es un tema que hay que ir aclarándole a todo el mundo.
  • cargo con los costos del equipamiento (no completamente el software, ese lo compra mi jefe si hace falta), luz, gas, teléfono, monotributo. Es decir, de lo que cobro, en realidad me queda bastante menos.
  • en particular cuando uno trabaja para el exterior, las subidas y bajadas del euro son terribles. Un mes gano un dinero y al mes siguiente otro. Hay que calcular esas fluctuaciones antes de endeudarse o meterse en muchos gastos fijos.
  • también por trabajar para el exterior, hay un problema con los feriados… ahora ya arreglé que no trabajo cuando es feriado en mi país, porque antes seguía el calendario de España y eso hace imposible la vida familiar!

¿Qué puedo transmitirles a las personas que tienen ganas de trabajar en su casa?

  • Que se puede hacer todo, prácticamente todo, a distancia. Cuando me piden que vaya a una reunión presencial me quejo, ¿por qué mucha gente no puede tomar todo tipo de decisiones por mail, chat, videoconferencia o como sea? Muchos dicen que necesitan ese contacto físico, las miradas y etc. Yo digo que no es necesario, que simplemente es más agradable reunirse y tomar café pero que muchas veces eso deja fuera a la gente que vive lejos o tiene hijos o problemas para desplazarse.
  • Que requiere de mucha voluntad concentrarse, cumplir con las horas o con las tareas, porque siempre pasa algo: el vecino que toca el timbre, el familiar que llama por teléfono, la red que funciona más o menos, etc. Hay que ponerse en la cabeza que uno está trabajando y no atender el teléfono o decirle a la gente que uno no está, que está trabajando.
  • También puede ser al revés: a veces uno mismo no para de trabajar. Hay que ponerle límites al trabajo y en lo posible tener una oficina en casa o una forma de diferenciar cuando uno está trabajando y cuando uno no está trabajando (en mi caso, cerrar la notebook y guardarla es suficiente).
  • Que al momento de aceptar un trabajo en casa, es fundamental poner bien claros los términos: ¿habrá horario? ¿cantidad de horas? ¿roles? ¿tengo que estar “de guardia” y de acuerdo a cosas que pasen seguir trabajando a cualquier hora? ¿quién paga el equipamiento, el software, la obra social y mis impuestos? Si el empleador responde que uno tiene que trabajar hasta que el trabajo esté listo, que es uno quien paga su equipamiento, software y todo lo demás, entonces se debe cobrar bastante más de lo que uno necesita tener en mano.

En definitiva, y este es un consejo para cualquier persona que trabaje, para tener un buen teletrabajo en esta época individualista, es necesario primero valer mucho (especializarse, ser “figurita difícil”) para poder después exigir buenas condiciones de trabajo. En teletrabajo es necesario estar especializado, saber mucho, tener la costumbre de trabajar por trabajar y no para que no te reten (ser proactivo, bah, pero ¡qué palabra neoliberal!), poder ponerle límites a los demás y a uno mismo.

Nota posterior: me acordé de dos cosas más. Un amigo hizo un trabajo para un país centroamericano y después de lograr enviar la factura por correo postal le dijeron que pagaban sesenta días después de recibir la factura… esas cosas hay que preguntarlas antes para agregar al precio la inflación y los costos de cobranzas. Y otra cosa que me pasó a mí, una empresa me pidió un trabajo, incluso contraté a la vez a otras personas, y la empresa un día dejó de existir… es decir, hay que intentar tener más certezas sobre para quién uno trabaja, y conseguir direcciones de mail de más gente que únicamente el jefe… yo igual me arriesgaría si el trabajo me interesa mucho.

 

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