La tele que miran mis hijos. Preguntas sin respuesta.

¿Puede ser que el hecho de que en la serie iCarly se muestre como muy simpática Sam, una chica que es ventajera, violenta, tramposa, mentirosa y discriminadora, haga que los chicos la tomen como modelo?
¿Sería posible que los chicos que ven Buena Suerte Charly crean que las actitudes de esa madre infantil, mentirosa, invasiva, ese hermano que usa a su hermanita bebé para recibir más propina y las chicas que le mienten a la madre para ir a bailar son cosas normales y pequeños defectos?
¿Cabría la posibilidad de que un personaje como Alex, de Los hechiceros de Waverly Place de que usa a su amiga y hace todo tipo de trampa para beneficiarse, aunque perjudique a su familia, termine siendo admirada por los chicos?

Y la última pregunta: los padres de los chicos que miran todo el día este tipo de programas, ¿los miran también cada tanto? ¿reflexionan con ellos acerca de qué está bien y qué está mal de todo eso?

Me cuesta mucho imaginar otro tipo de televisión; de hecho estos programas me causan mucha gracia cuando me siento a mirar la tele con mis hijos… pero me sorprende cómo en Estados Unidos parece haber una gran simpatía por la gente que hace lo que tiene ganas sin importarle ni sus amigos ni su familia… ni el resto de la humanidad.

5 opiniones en “La tele que miran mis hijos. Preguntas sin respuesta.”

  1. Iris, ¿Te pusiste a pensar en lo que vos mirabas cuando eras chica? ¿Cuántos contraejemplos a la ética crees que vas a encontrar? Creo que unos cuantos, como ahora…
    Es cierto, la tele está brava, pero creo que nuestra mirada de adulto la pone peor. ¿Existió un personaje más manipulador y tramposo que Don Gato? ¿Alguno se torturó tan violentamente como Tom y Jerry? Desde cuánto tiempo atrás a traves de cualquier superhéroe nos están justificando la justicia por mano propia, el policía que odia las reglas, el intervencionismo en otro país para salvarlo? En general, a la hora de tomar la leche, no nos importaba…
    PD: Al que nunca me banqué es al Capitán América. Hoy creo saber por qué.

  2. ¡Hola Ricardo!
    La verdad, y con cierta timidez lo digo, yo era fanática de Heidi y La familia Ingalls… No me gustaban esos dibujos violentos (“de varones”).

    Pienso que hay una retroalimentación dialéctica entre “la gente” y “lo que la gente consume”: si “la gente” no fuera tan “x cosa”, no miraría lo que mira, y a la vez, mirar determinadas cosas retroalimenta ciertas cosas en las personas.
    La tele suele ser des-educativa, pero existe el control remoto para cambiar de canal o para apagarla.

  3. Hola Iris: No conozco las dos series que mencionas en tu publicación pero estoy en un todo de acuerdo con lo que decís. Pero para ejemplo baste sin nombrar algún programa en particular, ver en los jardines de infantes y en los primeros grados, la notable actitud adoptada por niñas de cuatro o cinco años imitando a féminas adultas en imposturas de seductoras!
    Creo que como nunca la verdadera infancia se desdibuja y en esa portentosa capacidad que tienen los niños de adoptar conductas por imitación,sin el control parental ni el control remoto obedeciendo un criterio de conveniencia,también me sucede la perplejidad y la pregunta.

  4. Me parece que lo gracioso es que lleva al límite pequeñas actitudes que todos quisiéramos tomar. Muchos no lo hacemos en la vida, pero igualmente nos causa gracia y nos descarga verlo en la tele. Eso no me parece mal.
    Pero cualquier chico educado por la tele está en problemas, vea lo que vea.
    Me parecen peor los programas como el de Tinelli, al que muchos chicos acceden lamentablemente. En ese programa se bastardea a la mujer, se valora la falta de respeto y se premia lo ordinario. Y hay demasiado sexo como para que los chicos lo vean. Y nada está hecho en tono de comedia. Ahi no es en broma, es en serio. ESA es la gran diferencia.

  5. Creo que uno de los peores ejemplos está en el dibujo “”Los Simpson”. Cada personaje, sobre todo Homero, es un pésimo ejemplo. Y es la tipificación de lo que yo NO quiero que vean mis hijos.

Responder a Diana Laura Caffaratti Cancelar respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *